lunes, 19 de diciembre de 2011

Al amanecer

< Perra > ; Escuchó un susurro lejano, como en un sueño, no sabia distinguir si era real aquella voz que la llamaba.
Un ligero tirón de la cadena, hizo que su collar le apretase el cuello, y salio de su duermevela, para darse cuenta que estaba delante de su Amo.
_ ¡ Levantate !.
Lilians se sentó automáticamente, saliendo de su cálido edredón nórdico que cubría su piel, había pasado la noche en una mullida alfombra, a los pies de la cama de su Amo.
Aún no había amanecido, un escalofrío recorrió su cuerpo desnudo, los pezones se le endurecieron de repente, tal vez por el frío, o por la intensa mirada que sintió sobre su cuerpo, desnudándola aún más.
_ Amo
Consiguió articular, comprendiendo en ese segundo, lo que su Dueño pretendía de ella.

El estaba de pie, ella se levanto, y bajo su cuerpo hasta postrarse a los pies del Amo, los beso dulcemente, sintiendo su cálida lengua, pasear sobre la tibia  piel negra curtida, de la bota.
_Bien perra. ¡ muy bien !Es tarde pronto saldrá el sol, y quiero que lo contemplarlo desde la cima.
_ Gracias, Mi Señor.
< Besando su mano, e incorporándose seguidamente.>
_ No tardare nada, me ducho y visto en un momento, Amo.
_No te hace falta, perra. ponte este chaquetón.
Ella, se enfundó en aquel abrigo de color verde oscuro, forrado de piel de borreguito, negra.
En silencio de dirigió a la puerta de entrada, la abrió, y salió..
Tras de él..,, lilians.

En unos cuantos minutos, habían dejado atrás la zona de bungalows de piedra vista .
Descalza, caminando por el sendero que conducía a un pinar, dejando atrás el bosque de castaños.
las ramas del monte bajo, acariciaban la piel del lilians, otras arañaban haciéndola gemir, perdiendo el paso, al que respondía su acto con un tirón de la cadena. sacándola de la distracción y centrándose en seguir las pisadas, las huellas de aquel hombre que seguro delante de ella, se abría paso por la senda.
Sin querer su mente empezó a fantasear, mirando las piernas, los muslos, y recorrió la espalda de ese Ser, que tanto le gustaba  acariciar, esos brazos que la abrazaban, y a veces la azotaban hasta hacerle tocar el cielo en pleno éxtasis, la llevaba a algún que lugar, desnuda , clavándose las ramas y piedrecillas del camino.
Enfrascada en sus pensamientos, no vio que llegaban a una atalaya. donde el  hombre, dejo la mochila, que portaba a la espalda.y dándose la vuelta. pego su cuerpo al de lilians, puso la mano derecha en la muñeca de la mano izquierda de lilians, llevándola a la espalda de ella, acercó sus labios a la boca de lilians.
Una boca cálida. húmeda, y la fundió con su calor.
colette{D}

No hay comentarios:

Publicar un comentario